Tras una lesión que obligó a Sett a dejar de lado los combates, su madre lo envió derechito al manantial del florecer espiritual para que se recuperase. Este regalo incluye masajes musculares intensísimos, baños de agua fría, paseos sobre el fuego y mucho más. El camino a la recuperación no es nada fácil, pero Sett hará lo que sea por dibujar una sonrisa en el rostro de su madre... ¡y volver a estar en forma, claro!