Los kanmei son espíritus pacíficos, mientras que los akana deambulan eternamente. Pese a ello, existe la leyenda de un espíritu que pertenece a ambos mundos: akana y kanmei al mismo tiempo; en guerra consigo mismo. El espíritu disfrutaba de la alegría eterna hasta que, desdeñado por su padre, buscó venganza. Ahora, el Hijo Desterrado deambula en busca de guerreros valerosos contra los que enfrentarse, preparándose para el mayor combate de su existencia.