Érase una vez una princesa tan inteligente como hermosa, pero que guardaba una amarga enemistad con su hermana. Convencida de ser la legítima heredera al trono, intentó envenenar a su rival, pero, en cambio, de su piel suave brotaron escamas de serpiente. La Serpiente Encantadora desapareció aquella noche en las montañas, pero los fieles siguen buscando su consejo hasta el día de hoy.