¡Temblad ante el vástago de la corrupción parasitaria! ¡Ella, que enloquece a sus enemigos! ¡Desgraciados quienes escuchan sus palabras, arrancadas de las páginas de ese libro maldito, pues pudren la mente de sus víctimas hasta dejar un cascarón inconsciente que se sume más y más en la oscuridad!