El patrón es un estribillo perfecto, una armonía divina, que Karthus orquesta como si de un coro se tratase. Proyecta su voz al unísono, cantando endechas en escalas menores y emocionantes panegíricos, pesarosas elegías y alentadores himnos. La muerte se torna en vida, y esta en muerte de nuevo. Por su parte, Karthus permanece, cantando sin cesar el patrón que forma parte de todas las cosas.