''¡Oh, Dama del Velo, escucha mi súplica! Cuando la luz y la justicia parezcan inalcanzables, permite que los rebeldes y perdidos encuentren el perdón y fuerzas renovadas en tu sombra. Guíalos con tu divina piedad para que reflexionen sobre las cadenas que nos atan a todos y que sepan, que incluso en la noche más oscura, siempre hay una camino hacia la expiación''. — Oración tradicional demaciana