Tras la masacre de su pueblo, Ashe, hija del emperador del Gran Mar, buscó refugio en una isla abandonada, lejos de su hogar. Allí, se alió con una extraña serpiente y un siniestro rey, con la esperanza de que su poder desaprovechado la ayudara a recuperar su imperio. Fue una victoria reñida, pero a la verdadera batalla aún le faltaba mucho por acabarse. Quedaba lo peor: la diplomacia.