Amante de los trucos tanto inocentes como peligrosos, el Rey Bromista aparece en fábulas jonias de milenios de antigüedad. En los pueblos que delimitan con bosques encantados, las madres advierten a sus hijos sobre adentrarse demasiado entre los árboles. No vaya a ser que este espíritu travieso los pierda entre las sombras silvanas. Si te portas mal, ¡puede que hasta te intercambie los pies de lado!