Tiempo ha, una estrella arrojó su luz sobre las Tierras Primigenias, sonriendo mientras iluminaba el mundo que se expandía bajo ella. Pero un gigante de piedra envidiaba el resplandor de la estrella, así que la arrancó del cielo. Desconsolada, la estrella se precipitó hacia la tierra. Aún se dice que la Estrella Robada camina entre los mortales y les concede su luz; un rayo de esperanza para algunos y de desdicha para otros.