La comunión ya casi estaba completa. Kayn sentía cómo se retorcía el demonio de luna sangrienta en su interior. Fue entonces cuando atacaron los asesinos de la Luna nevada. Se llevaron a Kayn de su anterior templo y pasó a formar parte de esa orden. Sus ancestrales costumbres le resultaron incómodas y poco familiares. Solo el tiempo dirá si logra mantener a raya al espíritu.