¡Es un pájaro! ¡Es un avión! Es... ¿una paloma? Quinn aprovecha el amparo de los Buscacorazones para canalizar su romanticismo interior, acribillando el campo de batalla con docenas de flechas afiladas y arañazos de pájaros gigantes y punzantes.
¡Es un pájaro! ¡Es un avión! Es... ¿una paloma? Quinn aprovecha el amparo de los Buscacorazones para canalizar su romanticismo interior, acribillando el campo de batalla con docenas de flechas afiladas y arañazos de pájaros gigantes y punzantes.